jueves, 12 de agosto de 2010

La ofrenda para el tabernáculo

Éxodo 25: La ofrenda para el tabernáculo



Éxo 25:1 Jehová habló a Moisés, diciendo:
Éxo 25:2 Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda.
La ofrenda debía nacer del corazón como una contribución voluntaria para el culto, y no como un impuesto forzado.

Éxo 25:3 Esta es la ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata, cobre,
Éxo 25:4 azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras,
Éxo 25:5 pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia,
Éxo 25:6 aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático,
Éxo 25:7 piedras de ónice, y piedras de engaste para el efod y para el pectoral.
Éxo 25:8 Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.
Éxo 25:9 Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis.
El tabernáculo era una tienda o rústico templo sagrado destinado a servir de morada a Dios. Por ello Dios dio a los israelitas el diseño, o instrucciones exactas, para su construcción y dotación.
El arca del testimonio
Éxo 25:10 Harán también un arca de madera de acacia, cuya longitud será de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio.
El arca era un cofre de madera de 112, 5 cm de largo por 67, 5 cm de ancho y alto. Simbolizaba la presencia de Dios, el lugar donde se reuniría y hablaría con Moisés
La mayor parte del tabernáculo y de su mobiliario estaba hecha de madera de acacia. Los árboles de acacia florecían en regiones estériles y eran sumamente comunes en los tiempos del Antiguo Testamento. La madera tenía una tonalidad color pardo anaranjado y era sumamente dura, haciéndola un material excelente para el mobiliario. La madera de acacia se sigue usando para hacer muebles en la actualidad.
Éxo 25:11 Y la cubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor.
Éxo 25:12 Fundirás para ella cuatro anillos de oro, que pondrás en sus cuatro esquinas; dos anillos a un lado de ella, y dos anillos al otro lado.
Éxo 25:13 Harás unas varas de madera de acacia, las cuales cubrirás de oro.
Éxo 25:14 Y meterás las varas por los anillos a los lados del arca, para llevar el arca con ellas.
Éxo 25:15 Las varas quedarán en los anillos del arca; no se quitarán de ella.
Éxo 25:16 Y pondrás en el arca el testimonio que yo te daré.
Éxo 25:17 Y harás un propiciatorio de oro fino, cuya longitud será de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio.
El propiciatorio era la tapa del arca, una plancha de oro macizo, con dos querubines (seres alados) colocados frente a frente en cada extremo. Simbolizaba el trono de Dios. En ocasión del sacrificio expiatorio, el sacerdote rociaba sangre sobre y frente al propiciatorio. Según un antiguo relato lo hacía en forma de cruz. Siglos más tarde, en una cruz se sacrificó Dios por su pueblo.
La tapa del arca del testimonio recibía el nombre de propiciatorio. Este era el lugar donde, entre los dos querubines de oro (poderosos ángeles), habitaba la presencia de Dios en una nube sobre sus alas extendidas. El propiciatorio era el sitio donde se realizaba el acto más elevado y perfecto de expiación cuando el sumo sacerdote entraba al Lugar Santísimo en el Día de Expiación a fin de expiar los pecados de todo el pueblo.
Éxo 25:18 Harás también dos querubines de oro; labrados a martillo los harás en los dos extremos del propiciatorio.
Querubines eran seres angélicos asociados al cuidado y la protección del trono de Dios.
querubines, keruvim plural de keruv : Un ser celestial que se representa mediante figuras esculpidas en oro sobre el arca del pacto. La palabra Keruv podría estar relacionada con un verbo acadio que significa «bendecir, alabar, adorar». Keruvim se menciona unas 90 veces en el Antiguo Testamento. Los Keruvim fueron vistos desde Adán hasta tiempos de Ezequiel. La idea de que keruv significa «ángel protector» persiste. Un keruv protege. (Compárense los dos ángeles, uno frente al otro, que cubrían y resguardaban al Señor de gloria mientras su cuerpo yacía en la sepultura.
Éxo 25:19 Harás, pues, un querubín en un extremo, y un querubín en el otro extremo; de una pieza con el propiciatorio harás los querubines en sus dos extremos.
Éxo 25:20 Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas el propiciatorio; sus rostros el uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines.
Éxo 25:21 Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré.
Éxo 25:22 Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel.
La mesa para el pan de la proposición
Éxo 25:23 Harás asimismo una mesa de madera de acacia; su longitud será de dos codos, y de un codo su anchura, y su altura de codo y medio.
La mesa constituía un símbolo del poder de Dios como proveedor de alimentos para su pueblo. Medía 90 cm de largo, 45 cm de ancho y 67, 5 cm de alto.
Éxo 25:24 Y la cubrirás de oro puro, y le harás una cornisa de oro alrededor.
Éxo 25:25 Le harás también una moldura alrededor, de un palmo menor de anchura, y harás a la moldura una cornisa de oro alrededor.
Éxo 25:26 Y le harás cuatro anillos de oro, los cuales pondrás en las cuatro esquinas que corresponden a sus cuatro patas.
Éxo 25:27 Los anillos estarán debajo de la moldura, para lugares de las varas para llevar la mesa.
Éxo 25:28 Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro, y con ellas será llevada la mesa.
Éxo 25:29 Harás también sus platos, sus cucharas, sus cubiertas y sus tazones, con que se libará; de oro fino los harás.
Éxo 25:30 Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición delante de mí continuamente.(A)
El pan de la proposición : Símbolo que representa a Cristo como pan de vida.
El candelero de oro
Éxo 25:31 Harás además un candelero de oro puro; labrado a martillo se hará el candelero; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores, serán de lo mismo.
Éxo 25:32 Y saldrán seis brazos de sus lados; tres brazos del candelero a un lado, y tres brazos al otro lado.
Éxo 25:33 Tres copas en forma de flor de almendro en un brazo, una manzana y una flor; y tres copas en forma de flor de almendro en otro brazo, una manzana y una flor; así en los seis brazos que salen del candelero;
Éxo 25:34 y en la caña central del candelero cuatro copas en forma de flor de almendro, sus manzanas y sus flores.
Éxo 25:35 Habrá una manzana debajo de dos brazos del mismo, otra manzana debajo de otros dos brazos del mismo, y otra manzana debajo de los otros dos brazos del mismo, así para los seis brazos que salen del candelero.
Éxo 25:36 Sus manzanas y sus brazos serán de una pieza, todo ello una pieza labrada a martillo, de oro puro.
Éxo 25:37 Y le harás siete lamparillas, las cuales encenderás para que alumbren hacia adelante.
Éxo 25:38 También sus despabiladeras y sus platillos, de oro puro.
Éxo 25:39 De un talento de oro fino lo harás, con todos estos utensilios.
Éxo 25:40 Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.(B)
El candelero servía de símbolo de Dios, como la luz que guió a los hijos de Israel durante el éxodo. También era una anticipación de Cristo, quien es nuestra luz. Estaba hecho con aproximadamente 38 kg de oro.
Los capítulos 25 al 31 registran las instrucciones de Dios para construir el tabernáculo. Los capítulos 35 al 39 nos dicen cómo fueron seguidas esas instrucciones. Pero ¿qué pueden mostrarnos ahora estos antiguos y complicados detalles de construcción? Primero, la alta calidad de los materiales preciosos que adornaron el tabernáculo nos muestra la grandeza y la trascendencia de Dios. Segundo, el velo que rodeaba el Lugar Santísimo mostraba la santidad de Dios como lo simbolizaba la separación que había entre lo común y lo impío. Tercero, la naturaleza portátil del tabernáculo muestra el deseo de Dios de estar con su pueblo mientras avanzaban.
Teofanías en las escrituras
Al pie del monte Sinaí, Dios se le apareció al pueblo de Israel en forma física. A esto se le llama teofanía. Aquí encontramos otras ocasiones en que Dios se apareció a personajes de la Biblia.
El ángel de Jehová se le apareció a la sierva de Sara, Agar, anunciándole el nacimiento del hijo de Abraham, Ismael. Dios se le apareció a Abraham, anunciándole el nacimiento de Isaac. El ángel de Jehová detuvo a Abraham para que no sacrificara a Isaac. El ángel de Jehová se le apareció a Moisés como una llama en una zarza. Dios se le apareció a Israel en una columna de nube y fuego para guiarlo a través del desierto. Dios habló con Moisés cara a cara. Uno “semejante a hijo de los dioses” apareció como el cuarto hombre en el horno ardiente de Sadrac, Mesac y Abed-nego (“Angel de Jehová” en estos pasajes, es una manera reverente de referirse a Dios.)
Instrucciones para el tabernáculo y el sacerdocio
En el mundo de Moisés no había ateos. Creían en la existencia de dioses malévolos y benévolos; a estos trataban de aplacarlos o complacerlos por medio de sus cultos y formas de adoración. Para ellos, todo el mundo era sacramental: no había una división entre lo religioso y lo secular, sino que la religión gobernaba la totalidad de la vida. Por más equivocadas que estuvieran, las naciones tenían sus cultos.
Tal como los otros pueblos de la época, antes de Sinaí, Israel adoraba a Dios por medio de un culto antiguo. Muchos años antes de Moisés y la dádiva de la ley, los patriarcas tenían sus prácticas religiosas y, debido a la larga estadía en Egipto, el pueblo recibió una influencia negativa del país de los faraones p. ej., la adoración del becerro de oro). Además, dentro de pocos años el pueblo iba a entrar en conflicto con la adoración cananea que tenía algunos aspectos en común con la de Israel (p. ej. ba’al en hebreo significaba “Señor”; se llamaba a Jehová ba’al. En Canaán era un dios de la naturaleza); sin embargo, era un culto radicalmente diferente en la teología y en la ética de la fe de los patriarcas.
Dios ya había librado a Israel de la esclavitud egipcia y había demostrado que era el Señor de la naturaleza y la historia. Apenas había pactado con el pueblo en una alianza solemne, cuando les reveló la naturaleza magnífica de la constitución moral que los gobernaría: era Señor de la vida. El pueblo tenía una libertad nueva, una ley nueva, una nación nueva y ahora se necesitaba una adoración nueva. Era tiempo de recibir otra revelación: Jehová era Señor de la adoración.
Israel no necesitaba un culto nuevo de la misma naturaleza de los de otros pueblos semitas, sino que necesitaba una adoración nueva diferente en forma y calidad. No sería algo evolutivo del pueblo mismo; ¡el culto israelita era el del becerro de oro del estilo de los egipcios! El culto revelado a Moisés en el monte dio un nuevo significado a ciertas prácticas antiguas e introdujo elementos nuevos con un sentir de moralidad y de enseñanza simbólica profundos. Al bajar del monte Moisés llevó consigo un diseño del Señor y, para mostrar su importancia, se dedicaron trece capítulos del libro para explicarlo. Ciertamente Dios era Señor de la adoración.
El tabernáculo era central en el culto nuevo, pues formaba el núcleo de la vida civil, moral y religiosa del pueblo. La adoración tocaba toda la vida de Israel, y con ella se enseñaban verdades eternas en forma simbólica: Israel era la nación visible que Dios había elegido para ser su representante en el mundo; el tabernáculo era el lugar donde el Dios invisible manifestaba su presencia al pueblo, y la ceremonia de adoración en el tabernáculo estaba formada de lecciones objetivas que enseñaban a Israel lo esencial de la adoración.
El tabernáculo jugó un papel muy importante temprano en la vida nacional de Israel. Al detenerse durante la marcha hacia la tierra prometida, las tiendas del pueblo se ponían alrededor del tabernáculo. ¿Con qué propósito? En primer término, el texto responde: Que me hagan un santuario, y yo habitaré en medio de ellos;… a la entrada del tabernáculo de reunión,… me encontraré contigo para hablarte allí… Yo habitaré en medio de los hijos de Israel, y seré su Dios. Y conocerán que yo soy Jehová su Dios, que los saqué de la tierra de Egipto para habitar en medio de ellos. Yo, Jehová, su Dios.
En segundo lugar, el tabernáculo, una tienda portátil, servía como símbolo de la presencia de Dios que les acompañaba en el viaje. Kelley escribió: “La presencia de Dios en medio de su pueblo fue lo que más que ninguna otra cosa constituyó a Israel en una nación y la distinguió de todas las otras naciones”. Con Kelley se puede afirmar que Israel no tuvo que hacer viajes de vuelta a Sinaí para tener contacto con su Dios. El destino final del pueblo no era Sinaí, sino Canaán, la tierra prometida a los patriarcas. Jehová no era un Dios localizado: era Señor de todo el mundo y su propósito en elegir a Israel era la salvación mundial. Para ayudarles en la tarea, Dios peregrinaba con los suyos. El tabernáculo era un lugar especial de encuentro entre el pueblo y su Dios viviente y presente.
Como se notará con más detalles en los capítulos siguientes, el tabernáculo también tenía un propósito didáctico. Israel, como nación, estaba en su “jardín de infantes”. No tenía experiencia en gobernarse ni en la responsabilidad que la libertad involucraba. No estaba preparada para recibir conceptos filosóficos acerca de la naturaleza de Dios y de una adoración puramente espiritual. Entonces, por medio del tabernáculo el Señor les reveló formas prácticas y visibles que representaban verdades espirituales más profundas. Más tarde, al aclararlas, no las invalidó. Simplemente se explicaba el significado de las “lecciones objetivas” (ver la relación de Hebreos con Levítico).
La información acerca del culto de adoración se encuentra en dos lugares: las instrucciones dadas a Moisés por Jehová para la construcción del tabernáculo y la consagración de los sacerdotes; el proceso de llevar a cabo la obra. Conviene estudiar las dos secciones juntas para notar con más claridad algunos detalles (p. ej. tiempos y personas de algunos verbos) y aclaraciones del texto.

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